¡En nuestra guía nada está hecho al azar! ¿Os habéis fijado en nuestrosprotagonistas?
El cronista Ibn Idhari fue uno de los escritores que narró la historia de Al-Ándalus y fijaos si era detallista que hasta nos dejó una descripción de
cómo eran los distintos emires y califas que gobernaron aquí. A continuación, os dejamos la traducción del texto para que veáis porqué nuestros personajes de la guía tienen esa apariencia:
Abd al-Rahman III:
“Tenía la piel blanca y los ojos azul oscuro; era de estatura mediana, hermoso de cuerpo y elegante; se teñía de negro”.
Al-Hakam II:
“Era de un rubio rojizo, tenía los ojos negros, la nariz aguileña, la voz gruesa, las piernas cortas, corpulento, los brazos largos y la mandíbula superior muy saliente”
Hixam II:
“Rubio, de ojos azul oscuro muy grandes, enjuto de rostro, barba rojiza, el cuerpo bien formado y las piernas cortas”
Como podéis comprobar hemos representado a nuestros personajes tal y como fueron en su época. Los musulmanes tenían gustos muy refinados en cuanto a la estética. Tanto hombres como mujeres se maquillaban e incluso usaban tintes, como nos cuenta la descripción de Abd al-Rahman III que tenía el pelo rojizo pero su barba estaba teñida de negro.
Los tintes en las barbas fueron una constante en la apariencia de los emires y califas omeyas desde que el emir Abd al-Rahman II reorganizó la administración de Al-Ándalus. Para marcar la diferencia y declarar su poder creó una imagen a juego gracias al maquillaje y el teñido de la barba. Con ello la dinastía Omeya se asimilaba al mismísimo Mahoma porque se decía que él se teñía la barba de aleña y labiérnago. Además, al pintar la barba de negro los gobernantes parecían más jóvenes y que su reinado iba a durar muchos años más. Esta imagen de poder se mantuvo varias generaciones, pero al-Hakam II no tuvo más remedio que dejarla, al no tener barba que teñirse. Más difícil lo tuvo su hijo Hixam II siendo un niño cuando heredó el trono.
Como podéis ver los emires y califas de Al-Ándalus se preocuparon mucho por transmitir a través de su apariencia lo poderosos que eran. ¿Creéis que actualmente seguimos cuidando nuestras apariencias para transmitir ciertas ideas o es sólo una práctica del pasado?
Bibliografía:
- Ibn Idhari, Bayan al-Mugrib.
- Manuela Marín, “una galería de retratos reales: los soberanos Omeyas
de Al-Ándalus (siglos II/VIII-IV/X) en la cronística árabe”, Anuario
de Estudios Medievales, 41/1, 2011, pp. 273-290.